IP, Internet Protocol, es el lenguaje de Internet, con matices, como ya expliqué en la entrada de Las Redes IP.
Este protocolo, se encuentra desplegado en su versión 4, que es lo que se conoce como IPv4. Pero como sucede siempre en el mundo de la tecnología, ésta se queda obsoleta, y demasiadas veces muy rápidamente. ¿Cuantas veces te has cambiado de teléfono móvil? Pues eso.
En el caso del IPv4, ha durado más de lo que muchos gurús decían. Hace años que la amenaza se cierne sobre el IPv4…la espada de Damocles acechaba detrás de cualquier router, pero el IPv4 seguía aguantando el tirón. Hasta que llegó el día en el que ya no pudo más, y ahora sufre una lenta y agónica marcha hacia su desaparición definitiva…la cual probablemente dure más que su propia vida, ya sabemos eso de que las cosas de palacio…van despacio…
¿Cual ha sido el detonante para este vil y cruel destino? Entremos un poquito en harina. El IPv4, como todo protocolo que se precie, se puede equiparar a una caja con dos compartimentos. Uno de ellos se llama cabecera, y ahí es donde se mete toda la información relacionada con la metafísica…¿quien soy? ¿a dónde voy?¿de donde vengo?¿cual es mi tamaño?¿que tipo de carga transporto?¿cuanto me queda de vida?…típicas preguntas que cualquier paquete se haría. Esta información la necesitan los routers para hacer sus cositas. En el otro compartimento iría la información que realmente interesa al usuario final, las transparencias con gatitos, los correos en cadena…ya sabes.
En el compartimento de la cabecera en el IPv4 existen a su vez varias cajas. La que ha sido responsable de todo este lio es la caja que contiene las direcciones IP, que resulta que es demasiado pequeña. A los gurus que inventaron el protocolo, no se les ocurrió, ni en sus sueños más húmedos, que harían falta más de 4.294.967.296 direcciones IP, es decir, rondando los 4.300 millones de direcciones. Este número tan curioso sale de los 32 bits que caben en una caja de direcciones IP…2 elevado a 32 sale justo eso. Ni más ni menos.
Hace ya unos cuantos años, los organismos que manejan las direcciones dieron la voz de alarma…se nos están acabando las direcciones IP…como la cosa parecía que iba en serio, los que tenían direcciones que ya no utlizaban empezaron a devolverlas. Con eso aguantamos unos cuantos años más. Pero parece que ahora sí que viene el lobo, y todos los grandes operadores de redes IP están haciendo sus números y sus cálculos.
Para solventar el problema, lo que hacemos es cambiar de versión de protocolo IP, nos pasamos a la IPv6, que tiene una caja de bits mas grande…caben 128 bits…eso significan…me mareo sólo de pensarlo, ¿os acordaís del número de Avogadro y de lo que era un mol? Pues más…estamos hablando de 3,4 por 10 elevado a 38 ceros. Nuestro cerebro no está capacitado para asumir tantos ceros. Típicas comparaciones divertidas, la equivalencia entre el IPv4 y el IPv6 sería como comparar el peso de un átomo (da igual, escoge tu elemento favorito de la tabla periódica) con el de una ballena de 80 toneladas, percebe arriba, percebe abajo.
Aparte de aumentar INCREIBLEMENTE el número de direcciones IP disponibles para repartir por el mundo mundial, el IPv6 presenta otras ventajas adicionales, como una caja de cabecera más simple que facilita el trabajo de los routers, más fácil para gestionar la movilidad, es más seguro…claro una nueva versión siempre mejora a la anterior.
Que quede claro que se trata de una evolución, no de una revolución. Con este cambio, hasta la cesta de las patatas podrá tener su dirección IP, para así mandarte una alerta al móvil avisándote de que se están brotando. Lo que inventa el sapiens…
Lo más gracioso de todo esto, va a ser cómo se van a ir migrando las redes de un protocolo a otro. Ríete tú del efecto 2000, aquí si que se puede liar parda. Hay diferentes estrategias para hacerlo. Diría que tantas como operadores de redes IP, que si no se acerca al número de estrellas en la galaxia, debe andar por ahí por ahí. Algunos aguantarán con el IPv4 hasta que revienten. Otros irán de vanguardistas y pondrán el IPv6 si no lo han puesto ya, que haberlos haylos. Dentro de cada red se pueden establecer islas de IPv6 rodeadas de IPv4. Puedes hacer que tu red funcione en IPv6, pero luego haces traducciones a IPv4 para conectarte con otras redes o con tus clientes finales. Puedes seguir prestando tus servicios de toda la vida en IPv4, y los nuevos con IPv6. Puedes complicarlo o simplificarlo tanto como puedas o necesites.
Para los humildes mortales, que por ahora no necesitamos un millón de direcciones a repartir entre tus cosas de casa, nos la trae un poco al pairo, y no vamos a salir en masa a la calle a manifestarnos para que todo sea IPv6. Pero hay una cosa que se llama M2M, Machine to Machine, que probablemente sea lo que tire hacia delante de las migraciones. Cada vez son más las máquinas que se interconectan entre ellas para intercambiar información, y cada una de ellas con su dirección IP. La idea es que la patata avise que se brota al servidor de patatas que tendrá el verdulero, para que a su vez se conecte al servidor del mercado central de patatas, para que hable con el hortelano que vaya plantando. Por ejemplo se me ocurre…