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El libre albedrío es la capacidad de elección. Creer en el libre albedrío supone que el ser humano es capaz de elegir y tomar sus propias decisiones. A priori, asuntos como éste son una cuestión filosófica por excelencia. Pero tiene claras connotaciones de otra índole, desde la religiosa hasta la jurídica, pasando por la psicológica, la ética y por supuesto la científica.

En un universo determinista, el libre albedrío parece imposible. Si todo lo que acontece es resultado inevitable de una serie de causas previas, no queda lugar para la decisión. Pero…¿estamos en un universo determinista? Einstein diría que sí, Planck diría que no. Marx, Schopenhauer, Spinoza, Nietzsche…todos ellos dijeron no al libre albedrío. ¿Tú que dirías?

Hay científicos que aseguran que pueden demostrar que, eso que llamamos libre albedrío es una ilusión, y por lo tanto, los filósofos deben sentirse instigados a repensar el asunto, como si no estuviera ya más que requetepensado…

Puedes ver en la revista Nature, un artículo titulado Neuroscience vs philosophy: Taking aim at free will., que es el que me ha servido de punto de partida para esta entrada. Este artículo…y el fabricante de Caramelos sabor Ciencia, que me propuso el desafío…hace ya unos cuantos meses, todo hay que decirlo. Pero el reto era grande y las obligaciones aún más.

En el artículo puedes leer todos los detalles, aquí nos quedaremos con el hecho de que, basándose en ciertos experimentos, deducen que tu cerebro toma las decisiones bastante antes de que tú seas consciente de que estás tomando una decisión. El experimento del que se habla analizaba el retardo que podía haber entre el nivel inconsciente y el consciente del cerebro y acaba descubriendo que es el nivel inconsciente el que toma la decisión.

Bien, como diría Jack the Ripper, vayamos por partes.

En primer lugar, consciente o inconsciente, mi cerebro soy yo. Mi identidad, mi esencia y mi ser residen en mi cerebro.  Y por lo poco que sabemos de esa caja mágica, es que hay varias partes y cada una se encarga de cosas distintas. Pero todas conforman mi yo.

Mi cerebro reptiliano actúa, no piensa ni siente, se encarga de cosas tan básicas como autorregular el organismo cuando éste lo demanda. Es decir, hablamos de pura supervivencia y en ese contexto no aplica el concepto de libre albedrío. Si fuera así, podríamos suicidarnos decidiendo dejar de respirar 😉 . En este contexto somos animales regidos por el instinto, que es la pura antítesis del libre albedrío. Nadie habla del libre albedrío de una lagartija. Cuando se habla de libre albedrío nos referimos a otra cosa más compleja.

El mesoencéfalo se encarga de cosas algo más sofisticadas, como traer el pasado al presente, con lo que se producen los procesos de aprendizaje, la memoria, y se activa cuando nos emocionamos. Emociones y conocimiento sí que influyen en nuestras decisiones. Aquí residen todas las fuentes de nuestros deseos y sentimientos, controla la vida emotiva. Las emociones son la base de nuestra conducta. Está claro que de existir el libre albedrío, el mesoencéfalo tendría un papel predonimante.  Todos los mamíferos disponen de mesoencéfalo plenamente desarrollado. ¿las vacas tienen libre albedrío?… Pues lo mismo…

Por último podríamos hablar del telencéfalo, asociado a los mamíferos de última generación por decirlo de alguna manera. Primates, cetáceos…los más listos. Porque este cerebro está asociado con unas capacidades de entendimiento más sofisticadas. La corteza cerebral está relacionada directamente con el desarrollo social. Nuestro proceso racional de entendimiento y de análisis es superior al resto de seres vivos precisamente porque nuestro telencéfalo es el más desarrollado de todos,específicamente su región frontal, es la que nos permite adquirir conocimientos, desarrollar sociedades, culturas, tecnologías y lo más importante: comprender las leyes que rigen el universo. O al menos creérnoslo. En el sistema neocortical es donde se llevan a cabo los procesos intelectuales de orden superior. Permite la capacidad de poner el futuro en el presente y permite el razonamiento, ambas capacidades propiamente humanas.

En el hemisferio izquierdo del neocórtex en concreto es donde se encuentra la capacidad de análisis, junto con la lógica, la relación causa-efecto, el razonamiento hipotético, la precisión y exactitud. Herramientas todas ellas bastante relacionadas con la toma de decisiones.  Aquí se encuentra la voluntad consciente. ¿la voluntad consciente es el libre albedrío? Yo diría que no, que estamos ante conceptos distintos. En cualquier caso, de existir el libre albedrío, en el telencéfalo estaría el meollo del asunto.

Si consideramos al ser humano como un sistema complejo, que ciertamente lo es, y consideramos que su cerebro es donde residen las funciones que lo definen y determinan de una manera esencial y dinámica, el concepto de libre albedrío en mi opinión, sería un compendio fruto de la interacción de mesoencéfalo y telencéfalo.

Lo que realmente pone de relevancia este experimento y otros similares es que nuestras decisiones no se toman a nivel consciente, tal y como nos gustaría, porque eso nos daría una sensación de control bastante absoluta acerca de nuestro libre albedrío…hago esto porque yo quiero hacer esto. Y lo que sucede en realidad es que yo quiero hacer esto porque mi subconsciente ha tomado la decisión por mí. Las decisiones son inconscientes. Pero es que yo también soy mi subconsciente y mi inconsciente,  y esa decisión se ha tomado en función de una serie de parámetros que estaban almacenados en mi mesoencéfalo y sobre todo dirigidos por mi telencéfalo. En ambos casos, es mi mundo vivido el que los ha llenado de datos.

Para llegar a una decisión concreta he seguido unos patrones determinados, sólo míos, condicionados por mi arquitectura conceptual, cognitiva y emocional. Si eso no fuera así,  nadie en el mundo sería previsible, ni sabría como actuaría a priori en ciertas situaciones. Y la mayoría de los seres humanos son así en la mayoría de las situaciones.

Ahhhhh, es cierto, hay gente imprevisible, y gente que se sorprende a sí misma y a los demás continuamente…incluso la gente previsible a veces sorprende con alguna salida de su comportamiento habitual. Pero no es lo común. Probablemente, si fueramos capaces de analizar las reacciones bioquímicas que acontecen en tu cerebro cuando te estás sorprendiendo a tí mismo, y añadir todos los parámetros emotivos y cognitivos necesarios,  seguro que al introducirlos en tu patrón de decisión daría como resultado eso que tú llamas sorpresa… Todo es cuestión de tener todas las variables y aplicar un pensamiento complejo. Así de fácil y de difícil a la vez.

No estoy diciendo que seamos máquinas….¿o puede que si? Si tienes un sistema lo suficientemente complejo como para no poder acotar todos los parámetros y variables que intervienen…tienes al ser humano. Lo que antes se llamaba alma, o lo que se llama corazón, al final todos son reacciones bioquímicas dinámicas que se realimentan por las emociones, el mundo vivido y el conocimiento, y todo ello en tiempo real. Sistema complejo y homeostático, repleto de propiedades emergentes, abierto y absolutamente dinámico. Un sistema en el que lo inconsciente se alimenta y se determina por lo consciente, que a su vez es influido por lo inconsciente en una interacción infinita y construtiva. Ese es mi libre albedrío. Esa soy yo.

La cuestión era que el experimento concluye que no existe el libre albedrío porque apretar botones con una mano u otra se decide a nivel inconsciente. Desde mi punto de vista esto es un salto ontológico, sin red y bajo un abismo insondable, al extrapolar un ejercicio puntual de control de pensamiento a uno de los conceptos más controvertidos de todos los tiempos. Apuesto por un concepto de libre albedrío que estaría continuamente definiendo nuestra realidad en cada momento. Consciente o inconsciente, yo soy mi mundo vivido, conformado por mis decisiones.

El Gran Caos

Publicado: 18 febrero, 2012 en Cadaunada
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Leo poca novela. Mucha menos de la que me gustaría, entre mis estudios de filosofía y mi trabajo de tecnología leo y leo y leo, y no me quedan ganas de leer más. Por eso cuando acabo exámenes me parece un momento estupendo para cambiar de aires y leerme una, dos o tres novelas….antes de empezar de nuevo a la carga.

Como si no hubiera novelas en el mundo, esta vez he retomado una serie de mi adolescencia, porque tenía interesantes y difusos recuerdos, y me apetecía reactivar esas sinapsis a punto de disolverse. Algo ligerito para descargarme de tanta intensidad conceptual, tanta complejidad ontológica y tanto acrónimo abusivo. Me va a venir estupendamente…pensar lo justo y reflexionar menos, que los resets del cerebro son imprescindibles…Y voy, y me encuentro con esto…

[…]

El 1° de mayo de 2134, tres de los mayores Bancos internacionales se declararon insolventes a causa de los prestamos fallidos. Al cabo de dos días, el pánico se había extendido por todo el mundo. Más de mil millones de terminales domésticos con acceso a los mercados financieros mundiales fueron usados para vender carteras individuales de acciones y bonos.

La sobrecarga de comunicaciones en el Sistema de la Red Mundial fue inmensa. Las máquinas de transferencia de datos del SRM se vieron puestas a prueba mucho más allá de sus capacidades y especificaciones de diseño. La red de datos retrasó las transacciones primero minutos, luego horas, contribuyendo a dar un impulso adicional al pánico. A final de la semana dos cosas eran evidentes: que más de la mitad de los valores cotizados en Bolsa se habían visto reducidos a la nada, y que muchos individuos, grandes y pequeños inversores que habían utilizado al máximo sus opciones de crédito, se hallaban ahora virtualmente arruinados.

Las bases de datos de apoyo que mantenían el control de las cuentas bancarias personales y transferían automáticamente el dinero para cubrir descubiertos empezaron a destellar mensajes de desastre en casi un veinte por ciento de los hogares del mundo. En la realidad, sin embargo, la situación era mucho peor. Sólo un pequeño porcentaje de las transacciones conseguía pasar a través de los ordenadores de apoyo porque los índices de dalos en todas direcciones estaban mucho más allá de todo lo que había anticipado.

En lenguaje de ordenador, todo el sistema financiero mundial cayó en modo «deslizamiento de ciclo». Miles y miles de millones de transferencias de información de menor prioridad eran «pospuestas» por la red de ordenadores, mientras las tareas de mayor prioridad eran atendidas primero. El resultado de esos retrasos de datos fue que en la mayoría de los casos las cuentas bancarias electrónicas particulares no recibieron durante horas, o incluso días, los cargos correspondientes para cubrir las crecientes pérdidas del mercado de valores.

Una vez que los inversores individuales se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo, corrieron a gastar todo lo que aún les quedaba, mostrando sus saldos antes de que los ordenadores completaran todas las transacciones. Cuando los gobiernos y las instituciones financieras comprendieron plenamente lo que estaba ocurriendo y actuaron para detener toda aquella frenética actividad, ya era demasiado tarde. El confundido sistema se había desmoronado por completo..

[…]

La crónica de los horrores del Gran Caos se halla reflejada en miles de textos de historia. En los primeros dos años, los problemas principales fueron el desorbitado crecimiento del desempleo y las quiebras, tanto personales como de grandes compañías, pero esas dificultades financieras parecieron perder importancia a medida que las filas de los sin hogar y los hambrientos seguían creciendo. Comunidades de tiendas y chozas empezaron a aparecer en los parques públicos de todas las grandes ciudades en el invierno de 2136-37, y los gobiernos municipales respondieron luchando valientemente para hallar formas de proporcionarles servicios.

[…]

Este texto, si no lo has descubierto ya, está extraido de Rama II, de Arthur C. Clark, libro escrito en 1989. En concreto del capítulo 4 titulado el Gran Caos y capítulo 5 Despues del Hundimiento. Conclusiones: varias…

  1. Esto me suena tela…¿a tí no?. Tiene un tufillo…
  2. Tengo miedo.
  3. La realidad siempre siempre, siempre, siempre supera a la ficción, y a la ciencia…y a la ciencia ficción. Grandes autores de este tipo de novela han acabado convirtiéndose en visionarios, agoreros pero visionarios.
  4. De donde no hay no se pué sacá
  5. Para que unos ganes otros pierden
  6. Aunque intentes escapar de tu naturaleza, fracasas. Intentado huir de la filosofía y de la tecnología me encuentro de bruces con una reflexión donde ambas se unen de manera ¿agorera o visionaria? y me deja  pensativa y triste…todos somos escorpiones…

Ahí si us quedais pensando…¿sí?,¿no?, ¿todo lo contrario y ambos a la vez?

El Día Que Tiré Las Cassettes…

Publicado: 23 enero, 2012 en Cadaunada
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…fue un día triste.

Mi pasión por la música afloró desde bien pequeña, cuando Enrique y Ana y Parchís eran los ídolos de nuestra infancia. Mi primer concierto, con apenas 6 años, en la plaza de toros, Enrique y Ana…no se me olvidará en la vida.

Pronto salté de ñoñerías infantiles a sonidos más ásperos y contundentes, Kortatu y La polla records fueron una revelación. De ahí el salto al rock, y despues al heavy fue inmediato. Navegando por las profundidades sónicas, me regodeaba con la vertiente más dura, thrash, death, black….el hard core también iba ocupando su puesto, desde el dicharachero New York Hard Core hasta el grind core mas brutal….Estamos hablando del instituto, ese periodo que abarca entre los 12 y los 17, más o menos…plena adolescencia, plena efervescencia.

No hablaré de mi evolución posterior, mucho más pintoresca, pero que no viene al caso porque mi periodo de cassettes más o menos acabó con el instituto. La universidad me dio pie a los CD regrabables, fantástico mundo donde cada CD costaba la friolera de 1000 pesetas y el software de grabación tenía una fiabilidad del 30%…vamos que casi te salía más barato comprar original que tostarlo…pero tampoco ese es el tema.

El tema es que como buena adolescente, se carece completamente de efectivo. Y la música siempre ha sido un vicio muy caro. Además, si vives en un lugar del planeta donde sólo hay una tienda de discos, en la que básicamente encuentras morralla, sale aún más caro.

Recuerdo que con 500 pesetas de las de hace 25 años tenía para todo el finde, para pagarme mis vicios y mis cositas…y recuerdo que siempre guardaba parte de ese dinero para comprar discos. Cuando no tenía, todo era para la música.

Por aquella, que la internet no existía, al menos para el pueblo llano, la única manera de acceder a buena música era  a través de catálogos de discos. Me hice con una buena colección de ellos. Pronto los españoles se me quedaron cortos, era tal el ansia por conocer más y diferente…encontré un par de catálogos alemanes, maravillosos, que fueron los que me abrieron las puertas al mundo. Menos mal que no era la única que pululaba como un zombi en busca de nuevo alimento.

Recuerdo a mi hermano y a mí, pendientes de la cotización del marco alemán, como pequeños y miserables brokers, esperanzados en que bajara la moneda para ir a recoger los pedidos a la oficina de correo y ahorrarnos unas pesetillas que serían felizmente invertidas en el siguiente pedido…

Claro, el ansia y la curiosidad superaban con creces la economía adolescente y las fluctuaciones del marco. Inevitablemente te ibas a los decomisos a comprar cassettes…a veces las más baratas, otras incluso de calidad, según como andaras de contactos y de pasta.

Todo el dinero que tenía, o casi, me lo gastaba en discos…y en cassettes. Lo reconozco públicamente, hacía copias ilegales de discos que me prestaban mis colegas y  ellos se hacían copias ilegales de los discos que yo les prestaba. Pero por aquella no éramos piratas, simplemente éramos adolescentes en plena explosión melómana y en plena escasez de recursos. Las cassettes tenían el uso inequívoco de hacer copias de discos, el canon no había venido, y ninguno teníamos la sensación de ser criminales.

La cuestión es que por cada vinilo que podía comprar, tendría unas 15 o 20  cassettes, de 90, un disco por cara de media. Los vinilos, si los tratas con mimo te duran para toda la vida. Las cassettes se degradan a la velocidad de la luz. Especialmente aquellas que contenían discos que te gustaban mucho mucho mucho, y escuchabas una y otra vez, y que llevabas en el walkman a todas partes y para ahorrar pilas rebobinabas con el boli bic…al final, el sonido dejaba tanto que desear que o dejabas de escucharlas, o te las volvías a grabar.

Cuando me mudé a la universidad me llevé commigo una buena colección de cassettes, los vinilos se quedaron en casa a buen recaudo. Una caja que pesaba un quintal y que amortiguaron los primeros momentos y sustentaron los siguientes. No podía concebir mi vida sin mi música, eran lo mismo.

Cuando me mudé a mi primera casa, las cassettes me acompañaron, y seguían en uso. Por aquellas los cd estaban a la orden del día, y una cosa llamada Napster hacía estragos.

Cuando me compré mi casa, la caja de cassettes se vino conmigo. Pero estaba vez llegaron en una caja precintada que fue directamente a parar a una esquina del zulito, una zona de la casa donde no molestaba. Ya no tenía reproductor de cassettes, pero seguía teniendo las cassettes.

Allí se tiraron casi 10 años, hasta que un día tuve que hacer hueco, y empecé a plantearme seriamente que tenía que deshacerme de ciertas cosas. Estamos hablando ya de una época en la que ni siquiera tengo CD, casi toda mi música está en el disco duro…en los discos duros de mi vida.

La caja de las cassettes estaba allí al fondo, con telarañas y nostalgia, pesando ella sola media vida, olvidada. Me costó lo más grande del mundo. Primero la abrí, craso error. Al empezar a ver aquellas cassettes grabadas y regrabadas, con tachones y retachones, con cajas viejas, algunas sin cajas…empezaron a aflorar millones de recuerdos. Me puse tierna. Una etapa muy importante de mi vida estaba allí escondida, y explotó de golpe.

Una sonrisa cerrada y una mueca de compasión. Me costó lo más grande. Al final bajé la caja de cassettes y la dejé en una plaza, abierta, para que se viera lo que había dentro. Lo mismo pasaba alguien interesado y prolongaba algún tiempo más la vida de mis recuerdos.

Bajé con el carrito de la compra 10 minutos despues…y la caja había desaparecido, enterita. Una sonrisa iluminó mi rostro. Quien no se consuela es porque no quiere. Mis recuerdos podían formar parte de la aventura de alguien.

Aún así, el día que tiré las cassettes lloré.

 

Se me ha Caído el Universo Encima…

Publicado: 23 diciembre, 2011 en Cadaunada
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…Y he sufrido una luxación del alma. El solsticio de invierno me ha producido un lumbago nada  instrascendente.

Miro hacía arriba, no veo nada. Es de noche en la confluencia de los mares, cielo negro y extraña y distantemente punteado…Púlsares, Quásares, Supernovas, Agujeros Negros, Agujeros de gusano, Estrellas, Planetas, Asteroides….menuda panda anda por ahí suelta…entes  intelestelares varios que componen el zoo cosmogónico. Sería todo mucho más fácil si  una enorme serpiente estuviera suspendida en el vacío del infinito, mordiéndose la cola cual pescadilla, simbolizando la carrera eterna del sol en el cielo. Y si sobre ella reposara una tortuga sobre la que hubiera 4 elefantes. Tortugas, elefantes y serpientes son conceptos mucho más fácilmente digeribles que púlsar, quásar o similares. Un mito, cualquiera que fuera o fuese,  siempre es más entendible que la mecánica cuántica…lo que hace el viento, cómo desparrama los pensamientos.

Luego miro hacia abajo, y aquí estamos los aquí presentes, en el planeta Tierra, la diversidad biológica que lo compone, desde los seres humanos, hasta los paramecios, pasando por hongos, ornitorrincos y moscas cojoneras. Tampoco nos podemos olvidar de las piedras, ígneas, metamórficas y sedimentarias. Árboles, retrovirus, geranios y el aire que respiramos y las micropartículas que estornudamos…

Tanto mirar para arriba que caen hormigas, y mirar para abajo que caen escarabajos, al final todos compartimos el mismo origen. Los átomos que componen tu hígado una vez fueron parte de una estrella agonizante gigante roja. La materia, que en su viaje infinito de construcción y destrucción se va reencarnando en múltiples realidades que nada tienen que ver con la moralidad de la vida anterior, es la misma que forma y conforma cualquier cosa que se te ocurra, y todas las que ni se te ocurren.

Da igual que las partículas elementales tengan forma de esfera puntual, cuerda o nudo marinero… Somos polvo de estrellas, y eso lo dijo Sagan hace ya unos añitos. El ciclo infinito del Universo que utiliza siempre los mismos ladrillos para todo y para tod@s. Es el mayor reciclador que jamás existirá. Aquí no se desperdicia nada oiga.

¿Y esto de que nos vale? Bueno por ejemplo, para que cuando mires al cielo, en lugar de sentirte pequeño e insignificante, sea justo al contrario. Tu eres parte de ese cielo, el universo está en tí. Tu materia es tu espíritu…Al final van a tener razón los chinos. Me refiero al Tao, metafísica con puntito exótico. Lao Tse lo dejó claro, y a pesar de ello hay un alto riesgo de que despues de leerle te quedes igual que al principio. El Tao que puede conocerse no es el Tao. Tao es todo lo que existe y puede existir. El Tao es ubicuo y eterno; llegó antes que la Naturaleza. Tao es infinito.

Girando el globo planetario, y avanzando la máquina del tiempo, Spinoza y luego Hegel hablaron de que en nosotros, que somos finitos, se encuentra lo absoluto, el infinito. No te vale de nada, cierto, pero bueno, el ratito de subidón y autoestima contenta siempre merece la pena.

La culpa es del sol, que se fue lo más lejos que pudo del ecuador, y nos sumergió en una vorágine de consumo e hipocresía, y que a unos pocos nos convierte en ermitaños y misántropos.

Feliz solsticio de invierno.

 

Las Opiniones Son Como Los Culos…

Publicado: 16 diciembre, 2011 en Cadaunada
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…todo el mundo tiene uno.

Esta frase, mítica donde las haya, es del gran Harry Callahan, alias El Sucio…diría yo que Alter Ego del aún más grande Clint Eastwood.

Sírvame para empezar esta paja mental, dedicada a la ciudad sin moral que es la internet, páramo donde abundan la desconsideración, falta de respeto y ninguneo.

La cuestión es que no todo el mundo tiene que pensar como tú, es un tú universal en el que me incluyo. Está claro. No todo el mundo tiene los mismos gustos que tú. Está claro. Está claro, ¿no?

Por otra parte, en mayor o menor medida, somos conscientes de no disponer de la verdad absoluta, digo en mayor o menor medida y digo la mayoría, algún que otro dios hay por ahí perdido. Creo que esto también está bastante claro. ¿e o no e?

Partiendo de estas dos premisas, ¿por qué tenemos la puñetera tendencia universal a machacar las opiniones que no están acorde con la nuestra? ¿no sería mucho más constructivo, eficiente y amigable, argumentar tus opiniones para defenderlas en vez de insultar las opiniones de los demás sin ningún tipo de respeto?

Hay temas que levantan pasiones, y las personas tendemos al ultraísmo in extremi, pero la vehemencia, aunque no es uno de los siete pecados capitales, ¿o sí lo es?, debería controlarse. Desde luego la mala educación y la falta de respeto deberían ser anticonstitucionales.

Cuando algo que a mi me gusta a tí no, tienes todo el derecho del mundo a expresarlo, faltaría más, pero lo que no puedes es decir que no soy objetiva, que estoy equivocada o que no tengo ni puta idea. Por favor, un poquito de clase. Para afirmar algo así, además de mal educado, debes estar en posesión de la verdad absoluta, y habíamos quedado unas líneas más arriba que nadie está en posesión de la verdad absoluta.

Lo que se hace en estos casos es contrargumentar. Lo mismo hasta se establece un diálogo que enriquece a ambas partes.

Si hablamos de física cuántica, probablemente la opinión del señor Higgs tenga bastante más valor que la mía, y sea más conveniente tenerla en cuenta. Si yo hablo con el señor Higgs o con cualquier individuo en el planeta de lo poco que me gustan los riñones al jerez, aunque el señor Higgs sea el miembro fundador de amigos de los riñones al jerez, su opinión no tendría mayor validez que la mía, porque estamos hablando de gustos, subjetividades, cadaunadas al fín y al cabo. No se trata de conocimiento, yo se más que tú, no yo más que tú. Se trata de que me dan náuseas cuando simplemente los huelo. Pero como el señor Higgs es un señor respetuoso y educado (hipótesis: lo es), no me ofendería ni insultaría a pesar de las opiniones enfrentadas acusándome de paleta gastronómica, sino que trataría de defender sus loados riñones con argumentos y con su pasión. Las cuestiones del gusto son asuntos de los sentimientos, pasiones, emociones, aficiones. Hay cosas, como el ejemplo que he puesto, donde la racionalidad tiene poco que ver. Los riñones al jerez te gustan o no, y no hay mucho más que aportar al respecto. Hay otras, como cualquier manifestación artística, donde sí puedes construir argumentos consistentes basados en tu conocimiento, experiencia, educación…y por supuesto tus sensaciones y emociones, tu percepción.

¿Por qué no nos comportamos así?

Bueno en primer lugar porque hay que ser educado y respetuoso. Hipótesis: la mayoría de la gente no es lo uno ni lo otro.

Segundo, porque el anonimato de internet te hace fuerte, te ves capaz de hacer y decir cosas que en la vida real ni de coña. Hipótesis; la mayoría de la gente es cobarde.

Por último, porque hay que pensar. Para contraargumentar hay que analizar los argumentos previos, y hay que establecer una línea discursiva en la que se justifique que no se está de acuerdo, es decir, tienes que tener tus propios argumentos a favor, los has tenido que construir, y eso sólo se consigue racionalizando tus sentimientos, emociones, impulsos y canalizando tus pensamientos un poquito más allá del porque yo lo valgo. Hipótesis: la mayoría de la gente no piensa

Conclusión: así nos va. Un poquito de por favor no estaría mal.

Barranquillas. Para la mayoría del planeta es conocida por ser el lugar donde se va el caimán, se va el caimán. Para los habitantes de Madrid es el barrio residencial de los yonkies. En el poblado de las Barranquillas hay lo que se conoce como CARD, Centro Asistencial para la Reducción del Daño. Allí acuden los ciudadanos politoxicómanos a hacer sus cositas. Que si lávame la ropa, que si dame algo de comer, una cama para dormir, una narcosala, un seguimiento médico de vez en cuando. Incluso asistencia sociosanitaria. Vamos hombre. Esto tiene que acabarse.

Efectivamente se acaba. Para las Navidades del presente el CARD se cierra…y es el único en toda la Comunidad, y de los pocos de España. Este hecho es muy grave y muy simbólico. Es muy representativo respecto de la actitud de la Comunidad de Madrid acerca de los servicios sociales en general, y de las asistencia a drogodependientes en particular. Los dispositivos que dependen de la Agencia Antidroga, que son los que dependen de la Comunidad de Madrid, se vienen a pique de manera estrepitosa. No hay Esperanza. Perdón, me he equivocado,  es justo lo contrario, sí que la hay, y ese es el problema. Esperanza.

De todas formas, no voy a hacer aquí un alegato en contra de la apestosa gestión que realizan tanto la Comunidad como el Ayuntamiento sobre servicios sociales, sanidad, educación y demás chorradas que sólo valen de fundamento para el progreso de una sociedad. Total…Lo que voy a contaros es algo mucho más frívolo…o no. Todo depende del color del cristal de tus gafas de sol.

Desde el poblado de las Barranquillas, donde viven la mayoría de yonkis crónicas, al cerrar el CARD, van a tener que ir a por la metadona al centro de Madrid. En concreto al CAD (Centro de Atención al Drogodependiente) de Legazpi, que está ubicado para más señas en la Casa del Reloj. El CAD pertenece al Ayuntamiento y aunque cubre algunos aspectos de la atención integral, no presta los servicios del CARD, ni de lejos.

De Legazpi a Embajadores hay un paseo corto y agradable, y como bien se sabe por aquí, la glorieta de Embajadores es la sede internacional de la Asociación de Kunderos sin fronteras, individuos que se aprovechan de la situación, y por una «módica» cantidad de dinero llevan a los yonkis al poblao de Valdemingómez, donde adquieren el pan nuestro de cada día. En Valdemingómez no hay CARD ni CAD. Hay servicios móviles que desaparecerán, con toda probabilidad, para el verano del año que viene.

Conclusión, si paseas por la zona, presenciarás hordas de zombies que no buscan comerse tu cerebro, sino robarte la cartera, o cualquier cosa que luego puedan vender para obtener su dosis. Zombies con la ropa sucia, famélicos y con enfermedades y síntomas que aún les harán más repelentes. Si paseas por la calle de Embajadores y alrededores tendrás altas probabilidades de encontrarte con una mala experiencia.

Qué ilusión debe hacerles a vecinos y comerciantes de la zona, la mayoría de los cuales todavía no saben ni lo que se les viene encima.  Es más, seguro que la mayoría de ellos han respaldado al causante de sus futuros males y desgracias, ya que el gobierno de Madrid tiene mayoría, o sea que es votado por la mayoría de los madrileños, dispersos homogéneamente por el espacio…y desde luego por el tiempo. Todavía es mas, seguro que esos individuos seguirán manteniendo su opción de voto ya que ni siquiera establecerán  la relación y responsabilidad de las circunstancias.  Ciudadanos igual de zombies que sus futuros vecinos, que ni sienten ni padecen ni les importa más allá de la puerta de su casa. Ciudadanos lobotomizados por la Media que busca tanto tu cerebro como tu cartera…como dicen los yonkies…¡Está la cosa fuckin’ business!

Ars Vivendi

Publicado: 22 septiembre, 2011 en Cadaunada
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No me gusta la gente que odia los domingos

No me gusta la gente que tiene síndrome post vacacional

No me gusta la gente que a mitad de las vacaciones recuerda que ya queda menos de lo que se ha disfrutado

En realidad no hay tanta gente que no me gusta, porque el que odia los domingos en general y los domingos por la tarde en particular, es la misma gente que cuando vuelve de vacaciones está deprimido porque ya no está de vacaciones, y es la misma gente que cuando llega a la mitad de las vacaciones y de ahí en adelante, sólo piensa en que queda un día menos.  En lugar de carpe diem (et carpe noctem) se dedican a la agonía de lo que viene.  La expectativa del futuro les asfixia el presente, impidiéndoles disfrutar de lo que están viviendo, aterrados por lo que les  queda por vivir, que siempre es una carga. Al final tu vida es un pasado continuo y pesado.

Este tipo de personas no valora lo que tiene, y no sabe disfrutarlo. No sabe apreciar el lujo que implica poder romper tu rutina, tener un fin de semana o irte de vacaciones y que encima te paguen. Esto del estado del bienestar que todos tenemos tan asumidos, y que sólo disfruta un núcleo reducido de la población del planeta, ahora empieza a hacer aguas por todas partes. Cuando acabe cayendo, será cuando muchos de nosotros valoremos lo que antes teníamos, en lugar de hacerlo ahora, porque sí, porque yo lo valgo. En realidad tú no lo vales, nadie lo vale.

Pero espera un momento, es que además…

No me gusta la gente que tiene doble rasero

No me gusta la gente que no hace lo que dice

Si tu exiges que te traten de una manera determinada, lo menos que puedes hacer es ser recíproco, no puedes pedir respeto si tú no respetas, no puedes pedir credibilidad si tu no eres creíble. No puedes pedir honestidad si tú no eres honesto. Nadie es más que nadie, ni menos. El respeto hacia nuestros congéneres debería ser el gran  leit motiv de nuestras vidas, y en lugar de eso, nos dedicamos a vilipendiar y destripar, sin fundamento, en una orgía de voracidad que nunca será satisfecha. Es más fácil pensar que el trabajo del otro es peor, que la opinión del otro es la que está equivocada. Es más fácil mirar a nuestro alrededor que mirar en nuestro interior. Mirar en nuestro interior es mirar a un abismo desconocido, que te acabará arrastrando en un vértigo infinito. Mirar en nuestro interior implica asumir lo que no te gusta y hacer todo lo posible por cambiarlo…¡Agotador! Además está oscuro. Mucho mejor mirar hacia fuera y criticar todo lo que está lejos del alcance de tu voluntad, porque así la culpa no será tuya.

No me gusta la gente alienada

No me gusta la gente alineada

La gente gris busca su personalidad  por analogías, se fija en modelos. A veces busca esos modelos, la mayoría de las veces los encuentra por el camino. La multimedia que nos rodea facilita tremendamente la asunción de modelos que ni siquiera te planteas, sino que adoptas sin pensarlo. Escuchas la música que suena en la radio, ves las películas que echan por la tele, vistes con la ropa que está de moda. Estás montado en la barca de la vida social convencional, y te dejas arrastrar por la corriente, sin pararte a pensar quién provoca esa corriente. Es más, sin pararte a pensar que puede haber otros ríos, incluso que tú te puedes construir tu propio río de tu vida.

 Es normal que nos rodeemos de gente afín a nosotros. Buscamos amig@s que compartan con nosotros intereses, aficiones, visiones del mundo. Si eres gris, tus amigos son grises, y por eso triunfan masivamente las redes sociales, porque los cables no entienden de colores y hasta el más gris puede pasar por un arco iris, porque sólo te da las ventajas sin ninguno de los inconvenientes de la realidad, y sobre todo, porque… ¡es tan cómodo!…Tener personalidad, ideas propias, principios…exige esfuerzo, exige un trabajo diario de saber lo que hay en el mundo y lo que te rodea, y además de tener las herramientas necesarias para que la interpretación sea productiva. Y sobre todo de ser coherente y consecuente…¡uffff agotador!

Si te has identificado con algunos de los no me gusta, me parece respetable. Como siempre digo, copiando miserablemente a Ortega, cada uno con sus cadaunadas, y tus cadaunadas son igual de miserables y gloriosas que las mías, porque nadie te garantiza que el río en el que te montas o el que te construyes sea mejor que el río donde la masa se desplaza. Pero igualmente respeta mis circunstancias y respeta que no me gusten tus cadaunadas. Respeta mi diferencia.

El arte de la vida es el arte de sacar el máximo partido a cada momento, de buscar siempre una perspectiva que nos permita respirar, en lugar de cubrirse del barro que uno mismo genera. Y sobre todo el arte de dejar a los demas que expresen su mismidad.  La vida es un arte, y no todo el mundo es artista.

Además, he tenido una semana mala, y me ha salido la vena misántropa…¿qué pasa?

Nube de Sangre y Números

Publicado: 14 septiembre, 2011 en Cadaunada
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Una nube de sangre enturbia los sentimientos
de un pueblo entero;
una nube de sangre de hermano, de amigo,
sangre de uno mismo.
Hay números terribles, números que llenan
de lágrimas los ojos,
esos números que hacen exitosas las obras
de los seres malditos.
Son los números de la guerra y el terror,
de las nubes sangrientas.

Con estas palabras, un gusano, que además de arrastrarse por la vida en sus ratos muertos es poeta, se enfrenta a la realidad miserable que nos rodea. Esta es su casa. Una manzana malograda, rodeada de gusanos locos, que muerden y envenenan las almas. Encima de la manzana hay una nube. Grande, roja, oscura, intensa, vino, sangre.

Esa nube que amenaza tormenta no viene cargada de electricidad y vapor de agua, viene cubierta de números y dolor. De guerra y sufrimiento. Es una nube de Sangre y Números que tapa el sol y nos empapa de podredumbre. Es una nube ácida y corrosiva, que impone la nada allá por donde pasa. Nadie puede hacer nada.

Los números dominan el planeta y la vida que aún queda sobre él. Y los números están manchados de sangre. Todos. De la sangre de los inocentes,  de la sangre de los indolentes. Un grupúsculo de malandrines maestros y guardianes de los números dominan el mundo. Los supervillanos se avergüenzan. No hay principios, sólo finales.

Son los magos manipuladores que sacan de donde no hay y se inventan lo que no tienen para luego quitarte las migajas de lo que te queda, que es nada. Rebañan tu nada y se relamen henchidos de tu vacío.  Son los que se reúnen en cuevas secretas y conspiran contra sus congéneres, contra el sistema por el sistema. Son los ególatras lucrados que organizan las hordas de unidades consumistas que se autoconsumen y subsumen al imperio del hedonismo y la mercancía. Ciegos por el deslumbramiento de las oportunidades futiles y las mentiras consumadas.

Los números se pasean impunemente por sus dominios, que son los mercados. El más descarnado de los descarnados, el más miserable de los miserables, devorando el corazón de los niños sin futuro y de sus padres sin presente. Ninguneando las aspiraciones de los que sólo aspiran a sobrevivir mientras ellos superviven. El más impune de los impunes.

Hubo un día en que los números eran buenos, nos hacían felices, nos hacía más sabios. Nos ayudaban a entender el Universo. Ahora el Universo se nos ha caído encima y los números disparan bombas de Napalm que incendian la esperanza y provocan una muerte devastadora. Muertos en vida.

No hay futuro, sólo hay números ensangrentados y un gusano que se arrastra mientras grita al mundo.

Saludos poeta

 

Frase mítica donde las haya, sacada directamente del catálogo 2012 de una conocida tienda de muebles tente, deconstruye tu mismo. Carcajada sonora compartida con el músico del estrecho como primera reacción. Vaya tela. Pero es que luego te pones a pensar y va a resultar que no es tan perogrullo…si es que pensar no va a ser bueno…o eso, o yo estoy enferma y soy capaz de sacarle punta a un cubito de hielo…empezaré a pensar seriamente en psicosomatizarme por algún barman experto.

Imagínate una casa. Imagínate los muros de esa casa, y ahora las ventanas. Una ventana con las cortinas corridas que no es más que un trozo de pared  con posibilidades. Que te aisla de lo que hay fuera y protege lo que hay dentro. Si descorres las cortinas ves lo que hay al otro lado, sigues estando en cierto sentido aislado, y en cierto sentido comunicado con el otro lado del muro. Si abres las ventanas ya se establece un flujo entre los dos entornos, lo que se denominaría sistema abierto.

Ahora fíjate en la casa que es tu mismidad. Lo que está dentro eres tú, y tienes ventanas que te conectan con el mundo exterior.

Hay casas con muchas ventanas, en todas las direcciones e incluso en el techo. Hay casas con una pequeña ventana por la que apenas pasa la brisa y la luz. Hay casas sin ventanas. Una mismidad sin ventanas suena triste, esas casas las habitan los seres herméticos, huraños y misántropos, los desheredados e infelices. No se puede vivir eternamente en una casa sin ventanas. Si viviéramos en una, haríamos todo lo posible para cambiar de casa. Está en tus manos.

En el caso de tener ventanas, afortunado tú, esas ventanas pueden estar con cortinas/persianas o no. Los hay que se muestran al mundo sin ningún pudor, lo muestran todo, todo el tiempo. Agotador. Y por el otro lado, están siempre viendo lo que sucede. Estos son los ultracompartidores impúdicos y desvergonzados…en el sentido positivo de los términos…quizás también en el negativo y en todos los matices intermedios.

Los hay que necesitan intimidad y aislamiento en según qué momentos, y tienen cortinas y/o persianas que manejan según necesidades y libre albedrío.  Éstas pueden estar corridas o no, levantadas o no, a medias, sólo un poco, o casi todo,  y cualquier combinación entre ambas.  Estos son los adaptables, sintonizables o gestores de mismidad in extremi, cada situación requiere de una actuación. Determinismo puro.

Ahora analicemos si se trata de un sistema abierto o cerrado, es decir, si existe flujo de energía entre tu mismidad y el mundo, porque hasta ahora sólo hemos visto qué parte de tu mismidad compartes y qué parte del mundo asumes.  Hablemos de esas ventanas que pueden abrirse o no. Las que se abren pueden estar abiertas o no. Los cristales de todas esas ventanas pueden ser opacos, traslúcidos o transparentes, y pueden estar sucios o limpios, y te puede importar o no la limpieza de tus ventanas. Además lo cristales pueden ser lisos, rugosos, de colores diferentes y diferentes grosores.

Muchas veces no te ven como eres, otras veces lo que interpretamos no es lo que es o como lo ven los otros, porque el cristal está sucio, o porque es de un color diferente, un grosor extremo o una rugosidad que no nos deja interpretar correctamente. Los cristales distorsionan, y es tu casa, tú eliges qué cristales pones.

Todas las ventanas no están orientadas en la misma dirección, de manera que lo que puedes ver a través de ella es diferente. Incluso a lo largo del día, por una misma ventana lo que puedes ver es diferente… Todas estas posibilidades son las que te definen como ente interactuante en un entorno social y natural. Ahí lo llevas. Agárralo como puedas

La vida es una gestión de las ventanas de tu mismidad. Continuamente tienes que estar abriéndolas y cerrándolas, echando o no las cortinas, tirando tabiques o tapando agujeros, cambiando los cristales o limpiándolos. Con todo esto filtramos la realidad y construimos nuestro mundo.

¿Cómo son las ventanas de tu mismidad? Sean como sean, recuerda que a veces, pero sólo a veces, para ver el paisaje hace falta correr las cortinas. Yo abogo por una política de ventanas abiertas, cortinas ligeras y cristales limpios y transparentes.

Te mueves o te mueres

Publicado: 7 septiembre, 2011 en Cadaunada
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Lo correcto sería te mueves y te mueres, incluso si no te mueves también te mueres, pero estaríamos hablando en el sentido literal de la palabra muerte. No, ese no es el sentido del título. Se trata de un sentido alegórico,  uno de tantos que puede tener.

Cuando digo te mueves, digo con los tiempos, no en el espacio. Si no avanzas con los tiempos acabarás desintegrándote y materializándote en un mundo de carcas, retros, reaccionarios, desfasados, talibanes…llámalos como quieras, pero son gente muerta. Muerta para el sistema y muerta para los tiempos, porque es cuestión de tiempo que estén real y literalmente muertas.

A lo largo de nuestra vida, la percepción del tiempo va cambiando. El tiempo vivido sufre una aceleración constante, in crescendo. Cuando eres niño una hora es una eternidad. Cuando eres viejo un año es un minuto. Hay muchas teorías al respecto, de porqué esto sucede, y la verdad es que ninguna de las que he leído me ha convencido especialmente. Pero constatemos el hecho: el tiempo vivido se acelera.

Igualmente sucede con nuestra capacidad de adaptación a los cambios. Cuando eres niño todo es nuevo, vives en un cambio constante,  casi todo lo que te acontece es la primera vez que sucede, y por lo tanto vives  tu vida y la aceptas con la incertidumbre e inseguridad que conlleva. Conforme vas creciendo, madurando, envejeciendo, vas construyendo tu arquitectura mental y llenando tus discos duros a base de rutinas, repetición, prejuicios, costumbres, verdades absolutas que luego resultan que no lo son tanto, pero cuando es demasiado tarde. Eso conlleva que  cuando te sacan de tu espacio de confort, que es en el que te sientes a gusto y seguro, es decir, cuando te enfrentas a situaciones nuevas, inesperadas, diferentes, caóticas…te acabas bloqueando, acojonando, huyendo, o en el mejor de los casos respondes aplicando los mismos principios que usarías en las mismas situaciones de siempre. Vas perdiendo los reflejos, la capacidad de innovación, la creatividad, la originalidad, la espontaneidad. Está claro que unos más que otros, porque no todo el mundo ha tenido las mismas capacidades de partida ni la misma evolución. Pero aún manteniendo el sempiterno cada uno con sus cadaunadas, extrapolemos grosso modo, que es la única forma de extrapolar en cuestiones humanas.

Los hay que, a pesar de detectar que los sistemas que capacitan la reacción óptima ante la diferencia se están anquilosando, luchan por desengrasarlos y seguir manteniéndose vivos en los tiempos que corren. Los hay que ven como el tren acelera y ni siquiera hacen el intento de correr tras el. Otros no pueden correr.

Cuando hablo de este tren que algunos cogemos, otros dejan pasar sin inmutarse, y otros no tienen billete, no me refiero a un tren único, o más bien sería un tren con muchos vagones. Un vagón sería por ejemplo la forma de vestir, otro vagón sería la forma de educar a los hijos, la forma de comer, los propios programas de televisión son un fiel reflejo de cómo cambian los tiempos. No entiendo cómo llevan ahora esos pantalones cagaos y esas sandalias medio botas, no entiendo cómo puede estar bueno un trozo de pescado que cocinas en una bolsa de plástico, no entiendo como la consola puede reemplazar a un progenitor. Pero es que no tengo por qué entenderlo, sólo tengo que respetarlo.  Si te quejas de las cosas que hace, dice o usa la gente más joven que tu, piensa en engrasar tu sistema de adaptación al cambio. Muévete.

Hay un vagón que es especialmente interesante, hablo de la tecnología. La revolución tecnológica que hemos vivido los últimos 20 años, y que seguimos viviendo, será algo que nuestros nietos estudiarán en el cole como un gran momento histórico, un enooooorme paso para la humanidad. Se trata de un tren que no admite términos medios. La gran mayoría se posiciona en los extremos, o están activa o pasivamente en contra de la tecnología (yo no puedo, ya me ha pillao mayor, me siento inútil, es antinatural) o están totalmente enganchados a ella (horas muertas chateando, navegando, jugando, pendientes del móvil, de los mensajes). A medio/largo, en cuestión de supervivencia, ninguna de estas dos estrategias parece ganadora. Como ya sabían hace mucho tiempo, en el punto medio está la virtud, y aunque es una afirmación que no comparto en términos generales, al particularizarla en la tecnología estoy totalmente de acuerdo.

Se trata de que la uses, la utilices, detectes para lo que te sirve, para lo que te puede ser útil y para lo que necesites. Si hay un no en tu detección, no significa que estás en contra de la tecnología, simplemente que no te hace falta. Obviamente eso en el sentido amplio de tecnología no pasará, porque seguro que ves la tele, escuchas música, esto también es tecnología. Lo que si es importante es estar al tanto de lo que va surgiendo, y para qué sirve, si te es útil estupendo, si no, pues estupendo igualmente. La tecnología hay que racionalizarla, ponerla en su sitio, no es ni buena ni mala, no niegues sus bondades, pero critica sus puntos oscuros. Recuerda siempre que en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según del color, del cristal con qué se mira. La mejor manera de moverse con los tiempos es tener siempre a mano un cristal transparente.