La relación entre las teorías y sus sucesoras
En Realismo, instrumentalismo y verdad, Chalmers criticó las concepciones instrumentalistas de la física y también aquellas concepciones realistas que conllevan una teoría de la verdad como correspondencia. Ahora Chalmers sugiere una alternativa viable.
La descripción del mundo implícita en la teoría de Newton es muy diferente de la implícita en la teoría de Einstein. A la luz de la teoría de Einstein, la de Newton no corresponde a los hechos. ¿Qué explicación ha de dar el realista de la relación entre la teoría de Newton y el mundo y cómo ha de explicar el hecho de que tuviera tanto éxito como tuvo?.
Dado que los doscientos años largos de desarrollo de la física newtoniana implicaron de forma esencial una experimentación, no es posible hacer inteligible esta física y su éxito parcial definiéndola como un intento de establecer correlaciones entre hechos, observables o no.
No es aceptable para un realista explicar la relación entra la teoría de Newton y el mundo diciendo que si la teoría de Einstein corresponde a los hechos, habrá una serie de observaciones conformes con la teoría de Newton, interpretadas instrumentalmente. Esto no hace justicia a la teoría de Newton ni hace inteligibles esos doscientos años de trabajo experimental en ella.
Reconociendo que el marco conceptual de la teoría de Einstein es lo suficientemente diferente del de la teoría de Newton como para impedir que haya entre ellos relaciones estrictamente lógicas, es sin embargo posible argumentar que, si la teoría de Einstein es aplicable al mundo, la teoría de Newton lo es también aproximadamente en circunstancias muy diversas.
Desde el punto de vista de la teoría de Einstein podemos demostrar que la ley newtoniana de la conservación del impulso será aproximadamente válida siempre que las velocidades no sean demasiado grandes.
La teoría de Newton no puede ser debidamente descrita en términos instrumentalistas. Por otra parte, tampoco puede ser concebida en términos típicamente realistas, dado que, desde el punto de vista de la teoría de Einstein, no corresponde a los hechos.
Realismo no representativo
El mundo físico está constituido de tal forma que la teoría de Newton es aproximadamente aplicable a él en circunstancias muy diversas. A la luz de la teoría de Einstein se puede entender hasta qué punto esto es así.
La teoría de Newton no puede ser concebida como una teoría que corresponde a los hechos, pero su aplicabilidad al mundo debe ser entendida en un sentido más lato del que le da el instrumentalismo. Un realista que subscriba la teoría de la verdad como correspondencia debe aceptar todos estos comentarios sobre el estatus de la teoría de Newton.
El mundo físico está constituido de tal forma que nuestras teorías físicas actuales son aplicables a él en algún grado y, en general, en un grado que excede en muchos aspectos al de sus predecesores. La finalidad de la física será restablecer los límites de la aplicabilidad de las teorías actuales y desarrollar teorías que sean aplicables al mundo con un mayor grado de aproximación en las circunstancias más diversas. Chalmers llama a este punto de vista realismo no representativo.
El realismo no representativo es realista en dos sentidos.
- En primer lugar, parte del supuesto de que el mundo físico es como es independientemente de nuestros conocimientos sobre él. El mundo es como es sea lo que fuere lo que los individuos o grupos de individuos piensen sobre el asunto.
- En segundo lugar, es realista porque parte del supuesto de que, en la medida en que las teorías son aplicables al mundo, lo son siempre, dentro y fuera de las situaciones experimentales. Las teorías físicas hacen algo más que establecer correlaciones entre conjuntos de enunciados observacionales
El realismo no representativo no conlleva una teoría de la verdad como correspondencia.
Podemos juzgar nuestras teorías desde un punto de vista como el grado en que abordan con éxito algún aspecto del mundo, pero no podemos juzgarlas desde un punto de vista como el grado en que describen el mundo tal como realmente es, simplemente porque no tenemos acceso al mundo independientemente de nuestras teorías de una forma que nos permita valorar la exactitud de tales descripciones.
Dado que implica el rechazo de la verdad como correspondencia con los hechos, el realismo no representativo evita las dificultades con que tropiezan las posturas realistas típicas. El hecho de que una serie de teorías en física, tales como las sucesivas teorías acerca de la luz, no puedan ser concebidas como descripciones cada vez más precisas de la realidad, no plantea ningún problema. Tampoco lo plantea el hecho de que haya formulaciones muy diferentes y posiblemente equivalentes de la misma teoría que impliquen cuadros muy diferentes de la realidad. El realismo no representativo es también más compatible con las tesis realistas habituales que con el hecho de que nuestras teorías son productos sociales sujetos a un cambio radical.
El realismo no representativo no es vulnerable a las objecciones habituales que se hacen al instrumentalismo. No implica un uso cuestionable de la distinción entre términos teóricos y términos observacionales. En la medida en que el realismo no representativo considera como parte integrante de él el papel del experimento, tiene un sentido en el que las pruebas empíricas que sirven de base a las teorías dependen de ésta.
Desde el punto de vista del realista no representativo, el desarrollo de la física no tiene fin. Por grande que sea el campo de nuestras teorías, y por profundamente que exploren la estructura del mundo, siempre quedará la posibilidad de desarrollarlas a un nivel más profundo, o en frentes nuevos o más amplios.
¿Qué es esa cosa llamada ciencia?
La forma en que somos capaces de teorizar acerca del mundo es algo que tenemos que descubrir y no algo que podamos establecer de antemano mediante un argumento filosófico.
La relación entre las teorías de la física y el mundo se inspira en dos rasgos muy generales de la física desde Galileo. Uno es que la física implica experimentación, lo que sirve de base a Chalmers para rechazar el instrumentalismo. El otro es el hecho de que la física ha experimentado cambios revolucionarios, factor que constituye parte del fundamento de la crítica de Chalmers a la aplicación de la teoría de la verdad como correspondencia a la física.
La física implica generalizaciones universales formuladas en términos matemáticos, que los sistemas de teorías forman algo así como los programas de investigación lakatosianos y que su desarrollo se ha producido de conformidad con la concepción objetivista del cambio presentada en Una concepción objetivista. De esta forma podemos dar una respueseta a la pregunta ¿Qué es esa cosa llamada física?
No podemos estar seguros de que la física no sufrirá cambios drásticos en el futuro. La mecánica cuántica moderna difiere de la física clásica en algunos aspectos fundamentales. El carácter de la física puede estar cambiando debido a los cambios sociales que acompañan al desarrollo del capitalismo monopolista.
La cuestión que da título al libro de Chalmers es engañosa y presuntuosa. Presupone que hay una sola categoría de ciencia e implica que diversas áreas del conocimiento, como la física, la biología, la historia, la sociología, etc. , entran o no en la categoría de ciencia.
Toda área de conocimiento puede ser analizada por lo que es, podemos investigar fines y podemos investigar los medios utilizados para cumplir dichos fines y el grado de éxito logrado. De esto no se desprende que no se pueda criticar ningún área del conocimiento. Podemos intentar criticar cualquier área del conocimiento criticando sus fines, criticando la adecuación de los métodos utilizados para alcanzar esos fines, confrontándola con un medio alternativo y superior de alcanzar esos mismos fines. Desde este punto de vista, no necesitamos una categoría de ciencia con respecto a la cual un área del conocimiento pueda ser aclamada como ciencia o denigrada como no ciencia.
El relativismo en perspectiva
Si hablamos de las formas en que las teorías pueden ser valoradas o juzgadas, entonces la postura de Chalmers es relativista en el sentido de que niega que haya un criterio absoluto con respecto al cual se puedan emitir esos juicios. En particular, no hay una categoría general de ciencia, ni tampoco un concepto de verdad que esté a la altura del proyecto de describir a la ciencia como una búsqueda de la verdad. Toda área del conocimiento ha de ser juzgada por sus propios méritos, o investigando sus fines y el grado en que es capaz de cumplirlos. Además, los juicios sobre los fines estarán a su vez relacionados con la situación social.
Los fines de control tecnológico sobre la naturaleza son de gran importancia en una sociedad en la que unos problemas sociales muy urgentes requieren un incremento del control tecnológico pero serán de menor importancia en nuestra sociedad, en la que al parecer los problemas sociales más urgentes no se verían aliviados sino exacerbados por nuevos avances en el control tecnológico.
El lado objetivista de la postura de Chalmers hace hincapié en que en la sociedad los individuos se enfrentan a una situación social que tiene ciertos rasgos, les guste o no, o sean o no conscientes de ella, y tienen a su disposición una serie de medios para cambiar la situación, les guste o no. Además, cualquier acción que se emprenda para cambiar la situación tendrá consecuencias que dependerán del carácter objetivo de la situación y podrán diferir notablemente de las intenciones del actor. De forma similar, en el campo del conocimiento, los individuos se enfrentan a una situación objetiva y a una serie de métodos y materiales teóricos que están a su disposición para contribuir a cambiar la situación.
Desde este punto de vista, los juicios emitidos por los individuos acerca del carácter y los méritos de las teorías son menos significativos de lo que frecuentemente se supone. Los fines no tienen por qué ser analizados en términos de las aspiraciones de los individuos o grupos. Dentro de una economía capitalista, el incremento del control tecnológico es una necesidad en la medida en que los capitalistas que no lo consiguen son arrojados del mercado por los que sí lo consiguen, y por consiguiente quiebran. La situación no era la misma en la sociedad feudal.
Una comunidad feudal que no consiguiera igualar los avances tecnológicos de sus vecinas no quebraría, sino que simplemente tendría un nivel de vida más bajo. Cuando hablamos de los fines no nos referimos a los juicios o valores de los individuos afectados.
Chalmers no pretende sugerir que los juicios de los individuos carezcan de importancia, ya sea en el campo del cambio teórico o en el del cambio social. Todo cambio que se produzca se producirá únicamente como resultado de las acciones de los individuos o grupos de individuos, y las acciones que los individuos emprendan estarán claramente influenciadas por sus juicios sobre la situación a la que se enfrentan y por su interpretación de los fines.
Considerando que las teorías de la física en una determinada fase de su desarrollo son como son y que el mundo físico es como es, esas teorías son capaces de abordar el mundo con un cierto éxito, juzguen correctamente o no la situación los individuos o grupos. El hecho de que la física haya existido y sobrevivido en la sociedad occidental y haya progresado al menos hasta hace poco, en la forma descrita por la concepción objetivista de Chalmers del cambio de teoría, ha de ser explicado en términos de la relación entre la naturaleza objetiva de la física y la naturaleza objetiva de la sociedad occidental.
El lado objetivista de las observaciones de Chalmers se opone a las versiones radicales del relativismo, según las cuales una teoría es tan buena como cualquier otra. En algunas concepciones relativistas el motivo de desarrollar una teoría es convencer a los demás de que la nuestra es la correcta.
¿Por qué molestarse?
¿Por qué molestarse en realizar investigaciones como las que se han planteado en estas entradas? La importancia de la cuestión se pone de manifiesto cuando se admite, como Chalmers ha hecho, que la filosofía o la metodología de la ciencia no son de ninguna ayuda para los científicos.
La función más importante de la investigación de Chalmers es combatir lo que podríamos llamar la ideología de la ciencia tal como funciona en nuestra sociedad. Esta ideología implica el uso del dudoso concepto de ciencia y el igualmente dudoso concepto de verdad que a menudo va asociado con él, normalmente en defensa de posturas conservadoras.
Las categorías generales de ciencia y método científico son utilizadas también para descartar o suprimir áreas de estudio.
El punto de vista de Chalmers es que no hay una concepción intemporal y universal de la ciencia o del método científico que pueda servir a los fines ejemplificados. No tenemos recursos para llegar a tales nociones y defenderlas. No es lícito defender o rechazar áreas de conocimiento porque no se ajustan a algún criterio prefabricado de cientificidad. El progreso es algo más complejo que esto.
No se trata de que un punto de vista sea tan bueno como cualquier otro. Si se quiere cambiar una situación de una forma controlada, lo mejor será comprender la situación y dominar los medios disponibles para cambiarla.
La política del todo vale ha de ser rechazada por su impotencia. Citando a John Krige: «todo vale…significa que, en la práctica, todo sigue igual».