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Realismo no Representativo

Publicado: 30 enero, 2012 en Ciencia, Filosofía
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La relación entre las teorías y sus sucesoras

En  Realismo, instrumentalismo y verdad, Chalmers criticó las concepciones instrumentalistas de la física y también aquellas concepciones realistas que conllevan una teoría de la verdad como correspondencia. Ahora Chalmers sugiere una alternativa viable.

La descripción del mundo implícita en la teoría de Newton es muy diferente de la implícita en la teoría de Einstein. A la luz de la teoría de Einstein, la de Newton no corresponde a los hechos. ¿Qué explicación ha de dar el realista de la relación entre la teoría de Newton y el mundo y cómo ha de explicar el hecho de que tuviera tanto éxito como tuvo?.

Dado que los doscientos años largos de desarrollo de la física newtoniana implicaron de forma esencial una experimentación, no es posible hacer inteligible esta física y su éxito parcial definiéndola como un intento de establecer correlaciones entre hechos, observables o no.

No es aceptable para un realista explicar la relación entra la teoría de Newton y el mundo diciendo que si la teoría de Einstein corresponde a los hechos, habrá una serie de observaciones conformes con la teoría de Newton, interpretadas instrumentalmente. Esto no hace justicia a la teoría de Newton ni hace inteligibles esos doscientos años de trabajo experimental en ella.

Reconociendo que el marco conceptual de la teoría de Einstein es lo suficientemente diferente del de la teoría de Newton como para impedir que haya entre ellos relaciones estrictamente lógicas, es sin embargo posible argumentar que, si la teoría de Einstein es aplicable al mundo, la teoría de Newton lo es también aproximadamente en circunstancias muy diversas.

Desde el punto de vista de la teoría de Einstein podemos demostrar que la ley newtoniana de la conservación del impulso será aproximadamente válida siempre que las velocidades no sean demasiado grandes.

La teoría de Newton no puede ser debidamente descrita en términos instrumentalistas. Por otra parte, tampoco puede ser concebida en términos típicamente realistas, dado que, desde el punto de vista de la teoría de Einstein, no corresponde a los hechos.

Realismo no representativo

El mundo físico está constituido de tal forma que la teoría de Newton es aproximadamente aplicable a él en circunstancias muy diversas. A la luz de la teoría de Einstein se puede entender hasta qué punto esto es así.

La teoría de Newton no puede ser concebida como una teoría que corresponde a los hechos, pero su aplicabilidad al mundo debe ser entendida en un sentido más lato del que le da el instrumentalismo. Un realista que subscriba la teoría de la verdad como correspondencia debe aceptar todos estos comentarios sobre el estatus de la teoría de Newton.

El mundo físico está constituido de tal forma que nuestras teorías físicas actuales son aplicables a él en algún grado y, en general, en un grado que excede en muchos aspectos al de sus predecesores. La finalidad de la física será restablecer los límites de la aplicabilidad de las teorías actuales y desarrollar teorías que sean aplicables al mundo con un mayor grado de aproximación en las circunstancias más diversas. Chalmers llama a este punto de vista realismo no representativo.

El realismo no representativo es realista en dos sentidos.

  • En primer lugar, parte del supuesto de que el mundo físico es como es independientemente de nuestros conocimientos sobre él. El mundo es como es sea lo que fuere lo que los individuos o grupos de individuos piensen sobre el asunto.
  • En segundo lugar, es realista porque parte del supuesto de que, en la medida en que las teorías son aplicables al mundo, lo son siempre, dentro y fuera de las situaciones experimentales. Las teorías físicas hacen algo más que establecer correlaciones entre conjuntos de enunciados observacionales

El realismo no representativo no conlleva una teoría de la verdad como correspondencia.

Podemos juzgar nuestras teorías desde un punto de vista como el grado en que abordan con éxito algún aspecto del mundo, pero no podemos juzgarlas desde un punto de vista como el grado en que describen el mundo tal como realmente es, simplemente porque no tenemos acceso al mundo independientemente de nuestras teorías de una forma que nos permita valorar la exactitud de tales descripciones.

Dado que implica el rechazo de la verdad como correspondencia con los hechos, el realismo no representativo evita las dificultades con que tropiezan las posturas realistas típicas. El hecho de que una serie de teorías en física, tales como las sucesivas teorías acerca de la luz, no puedan ser concebidas como descripciones cada vez más precisas de la realidad, no plantea ningún problema. Tampoco lo plantea el hecho de que haya formulaciones muy diferentes y posiblemente equivalentes de la misma teoría que impliquen cuadros muy diferentes de la realidad. El realismo no representativo es también más compatible con las tesis realistas habituales que con el hecho de que nuestras teorías son productos sociales sujetos a un cambio radical.

El realismo no representativo no es vulnerable a las objecciones habituales que se hacen al instrumentalismo. No implica un uso cuestionable de la distinción entre términos teóricos y términos observacionales. En la medida en que el realismo no representativo considera como parte integrante de él el papel del experimento, tiene un sentido en el que las pruebas empíricas que sirven de base a las teorías dependen de ésta.

Desde el punto de vista del realista no representativo, el desarrollo de la física no tiene fin. Por grande que sea el campo de nuestras teorías, y por profundamente que exploren la estructura del mundo, siempre quedará la posibilidad de desarrollarlas a un  nivel más profundo, o en frentes nuevos o más amplios.

¿Qué es esa cosa llamada ciencia?

La forma en que somos capaces de teorizar acerca del mundo es algo que tenemos que descubrir y no algo que podamos establecer de antemano mediante un argumento filosófico.

La relación entre las teorías de la física y el mundo se inspira en dos rasgos muy generales de la física desde Galileo. Uno es que la física implica experimentación, lo que sirve de base a Chalmers para rechazar el instrumentalismo. El otro es el hecho de que la física ha experimentado cambios revolucionarios, factor que constituye parte del fundamento de la crítica de Chalmers a la aplicación de la teoría de la verdad como correspondencia a la física.

La física implica generalizaciones universales formuladas en términos matemáticos, que los sistemas de teorías forman algo así como los programas de investigación lakatosianos y que su desarrollo se ha producido de conformidad con la concepción objetivista del cambio presentada en Una concepción objetivista. De esta forma podemos dar una respueseta a la pregunta ¿Qué es esa cosa llamada física?

No podemos estar seguros de que la física no sufrirá cambios drásticos en el futuro. La mecánica cuántica moderna difiere de la física clásica en algunos aspectos fundamentales. El carácter de la física puede estar cambiando debido a los cambios sociales que acompañan al desarrollo del capitalismo monopolista.

La cuestión que da título al libro de Chalmers es engañosa y presuntuosa. Presupone que hay una sola categoría de ciencia e implica que diversas áreas del conocimiento, como la física, la biología, la historia, la sociología, etc. , entran o no en la categoría de ciencia.

Toda área de conocimiento puede ser analizada por lo que es, podemos investigar fines y podemos investigar los medios utilizados para cumplir dichos fines y el grado de éxito logrado. De esto no se desprende que no se pueda criticar ningún área del conocimiento. Podemos intentar criticar cualquier área del conocimiento criticando sus fines, criticando la adecuación de los métodos utilizados para alcanzar esos fines, confrontándola con un medio alternativo y superior de alcanzar esos mismos fines. Desde este punto de vista, no necesitamos una categoría de ciencia con respecto a la cual un área del conocimiento pueda ser aclamada como ciencia o denigrada como no ciencia.

El relativismo en perspectiva

Si hablamos de las formas en que las teorías pueden ser valoradas o juzgadas, entonces la postura de Chalmers es relativista en el sentido de que niega que haya un criterio absoluto con respecto al cual se puedan emitir esos juicios. En particular, no hay una categoría general de ciencia, ni tampoco un concepto de verdad que esté a la altura del proyecto de describir a la ciencia como una búsqueda de la verdad. Toda área del conocimiento ha de ser juzgada por sus propios méritos, o investigando sus fines y el grado en que es capaz de cumplirlos. Además, los juicios sobre los fines estarán a su vez relacionados con la situación social.

Los fines de control tecnológico sobre la naturaleza son de gran importancia en una sociedad en la que unos problemas sociales muy urgentes requieren un incremento del control tecnológico pero serán de menor importancia en nuestra sociedad, en la que al parecer los problemas sociales más urgentes no se verían aliviados sino exacerbados por nuevos avances en el control tecnológico.

El lado objetivista de la postura de Chalmers hace hincapié en que en la sociedad los individuos se enfrentan a una situación social que tiene ciertos rasgos, les guste o no, o sean o no conscientes de ella, y tienen a su disposición una serie de medios para cambiar la situación, les guste o no. Además, cualquier acción que se emprenda para cambiar la situación tendrá consecuencias que dependerán del carácter objetivo de la situación y podrán diferir notablemente de las intenciones del actor. De forma similar, en el campo del conocimiento, los individuos se enfrentan a una situación objetiva y a una serie de métodos y materiales teóricos que están a su disposición para contribuir a cambiar la situación.

Desde este punto de vista, los juicios emitidos por los individuos acerca del carácter y los méritos de las teorías son menos significativos de lo que frecuentemente se supone. Los fines no tienen por qué ser analizados en términos de las aspiraciones de los individuos o grupos. Dentro de una economía capitalista, el incremento del control tecnológico es una necesidad en la medida en que los capitalistas que no lo consiguen son arrojados del mercado por los que sí lo consiguen, y por consiguiente quiebran. La situación no era la misma en la sociedad feudal.

Una comunidad feudal que no consiguiera igualar los avances tecnológicos de sus vecinas no quebraría, sino que simplemente tendría un nivel de vida más bajo. Cuando hablamos de los fines no nos referimos a los juicios o valores de los individuos afectados.

Chalmers no pretende sugerir que los juicios de los individuos carezcan de importancia, ya sea en el campo del cambio teórico o en el del cambio social. Todo cambio que se produzca se producirá únicamente como resultado de las acciones de los individuos o grupos de individuos, y las acciones que los individuos emprendan estarán claramente influenciadas por sus juicios sobre la situación a la que se enfrentan y por su interpretación de los fines.

Considerando que las teorías de la física en una determinada fase de su desarrollo son como son y que el mundo físico es como es, esas teorías son capaces de abordar el mundo con un cierto éxito, juzguen correctamente o no la situación los individuos o grupos. El hecho de que la física haya existido y sobrevivido en la sociedad occidental y haya progresado al menos hasta hace poco, en la forma descrita por la concepción objetivista de Chalmers del cambio de teoría, ha de ser explicado en términos de la relación entre la naturaleza objetiva de la física y la naturaleza objetiva de la sociedad occidental.

El lado objetivista de las observaciones de Chalmers se opone a las versiones radicales del relativismo, según las cuales una teoría es tan buena como cualquier otra. En algunas concepciones relativistas el motivo de desarrollar  una teoría es convencer a los demás de que la nuestra es la correcta.

¿Por qué molestarse?

¿Por qué molestarse en realizar investigaciones como las que se han planteado en estas entradas? La importancia de la cuestión se pone de manifiesto cuando se admite, como Chalmers ha hecho, que la filosofía o la metodología de la ciencia no son de ninguna ayuda para los científicos.

La función más importante de la investigación de Chalmers es combatir lo que podríamos llamar la ideología de la ciencia tal como funciona en nuestra sociedad. Esta ideología implica el uso del dudoso concepto de ciencia y el igualmente dudoso concepto de verdad que a menudo va asociado con él, normalmente en defensa de posturas conservadoras.

Las categorías generales de ciencia y método científico son utilizadas también para descartar o suprimir áreas de estudio.

El punto de vista de Chalmers es que no hay una concepción intemporal y universal de la ciencia o del método científico que pueda servir a los fines ejemplificados. No tenemos recursos para llegar a tales nociones y defenderlas. No es lícito defender o rechazar áreas de conocimiento porque no se ajustan a algún criterio prefabricado de cientificidad. El progreso es algo más complejo que esto.

No se trata de que un punto de vista sea tan bueno como cualquier otro. Si se quiere cambiar una situación de una forma controlada, lo mejor será comprender la situación y dominar los medios disponibles para cambiarla.

La política del todo vale ha de ser rechazada por su impotencia. Citando a John Krige: «todo vale…significa que, en la práctica, todo sigue igual».

Observaciones preliminares

Por una parte tenemos unas teorías científicas que son construcciones humanas y están sujetas a cambios y desarrollos tal vez incesantes. Por otra, tenemos el mundo al que se pretende aplicar estas teorías y cuyo modo de comportamiento, al menos en el caso del mundo físico, no está sujeto a cambios. ¿Cuál es la relación entre las dos esferas?

Las teorías aspiran a describir qué es realmente el mundo. El instrumentalismo entiende las teorías como instrumentos. El realismo conlleva normalmente la idea de verdad, ya que la ciencia aspira a dar descripciones verdaderas de lo que es realmente el mundo. El mundo existe independientemente de nosotros como conocedores y es como es independientemente de nuestro conocimiento teórico sobre él. Las teorías verdaderas describen correctamente esa realidad. El instrumentalismo conllevará también normalmente una idea de verdad, pero de forma más restringida. Las descripciones del mundo observable serán verdaderas o falsas según lo describan o no correctamente. Sin embargo, las construcciones teóricas, que están destinadas a darnos un control instrumental del mundo observable, no serán juzgadas por su verdad o falsedad, sino más bien por su utilidad como instrumentos.

La idea de que la ciencia aspira a dar una definición verdadera de la realidad es utilizada a menudo como contrapunto al relativismo. Una teoría puede ser verdadera aun cuando nadie crea en ella y puede ser falsa aun cuando todo el mundo crea en ella. Las teorías verdaderas, si es que de hecho son verdaderas, no lo son en relación con las creencias de unos individuos o grupos. La verdad, entendida como una correcta definición de la realidad, es verdad objetiva para los realistas como Popper.

Instrumentalismo

El instrumentalismo, en su forma más radical, conlleva una clara distinción entre los conceptos aplicables a las situaciones observables y los conceptos teóricos. Las descripciones del mundo que conllevan entidades observables describen cómo es en realidad el mundo, pero no ocurre así con las descripciones de los sistemas que conllevan conceptos teóricos.

Las teorías científicas no son más que conjuntos de reglas para relacionar un conjunto de fenómenos observables con otro. Los amperímetros, las limaduras de hierro, los planetas y los rayos de luz existen en el mundo. Los electrones, los campos magnéticos, los epiciclos ptolemaicos y el éter no.

Si hay cosas que existen en el mundo además de las cosas observables y que quizá sean responsables del comportamiento de las cosas observables, eso es algo que no interesa al instrumentalista ingenuo. No es asunto de la ciencia establecer lo que puede existir más allá del reino de la observación.

La crítica más fundamental sea la que atañe a la clara distinción que establece el instrumentalista entre las entidades observacionales y las teóricas. El hecho de que todos los términos observacionales tienen una carga teórica se defendió ampliamente en La Observación depende de la Teoría. Los planetas, los rayos de luz, los metales y los gases son el algún grado conceptos teóricos y adquieren, al menos en parte, su significado en la red teórica en la que figuran.

La postura instrumentalista ingenua descansa en una distinción que no existe. El hecho de que las teorías puedan conducir a predicciones nuevas constituye algo molesto para los instrumentalistas. Podemos esperar que la postura realista sea más productiva que la instrumentalista.

La teoría de la verdad como correspondencia

La postura realista típica conlleva una idea de verdad según la cual se puede decir que las teorías verdaderas dan una descripción correcta de algún aspecto del mundo real.

La idea general de teoría de la verdad como correspondencia parece bastante sencilla y puede ser ilustrada con ejemplos sacados del discurso ordinario de tal forma que parezca casi trivial. Según esta teoría, una frase es verdadera si corresponde a los hechos. Una frase es verdadera si las cosas son como dice la frase que son y falsa si no lo son.

Un problema de la idea de verdad es la facilidad con que su uso puede llevar a paradojas, por ejemplo la llamada paradoja del mentiroso: Si afirmo «Nunca digo la verdad», si lo que digo es verdad, lo que digo es falso.

La cuestión importante es: ¿Es la idea de verdad propia del sentido común, suficiente para dar sentido a la afirmación de que la verdad es la finalidad de la ciencia?. Chalmers argumentará que no lo es.

Problemas de la idea de verdad propia del sentido común

Los acontecimientos que se producen durante la ejecución de un experimento son en cierto sentido ocasionados por agentes humanos. Aunque es cierto que las conjunciones de acontecimientos relevantes para la comprobación de las leyes son ocasionadas por seres humanos, las leyes que son comprobadas gracias a los experimentos no son ocasionadas por seres humanos.

Debe hacerse una distinción entre las leyes de la física y las secuencias de acontecimientos normalmente producidos en una actividad experimental, que constituyen la demostración de esas leyes.

Si pienso que la física es una búsqueda de la verdad, las correspondencias implícitas son fundamentalmente diferentes de las que se expresan. Las leyes físicas seleccionan ciertas propiedades o características que pueden ser atribuidas a objetos o sistemas del mundo y expresan las formas en que tienden a comportarse estos objetos o sistemas en virtud de aquellas propiedades o características. En general, los sistemas del mundo poseerán otras características además de las seleccionadas por una determinada ley, y estarán sujetos a la acción simultánea de tendencias en su comportamiento asociadas a estas características adicionales. Por ejemplo, una hoja que cae es a la vez un sistema mecánico, dinámico, químico, biológico, óptico y térmico. Las leyes de la naturaleza se refieren a tendencias transfactuales.

Tomemos como ejemplo la primera ley del movimiento de Newton. Ciertamente, ningún cuerpo se ha movido jamás de una forma que ejemplifique perfectamente esta ley. Si la ley es correcta, todos los cuerpos la obedecen, aunque rara vez tengan la posibilidad de demostrarlo. El propósito de la experimentación es darles la posibilidad de demostrarlo. Si las leyes de Newton son verdaderas, lo son siempre. No son verdaderas sólo en condiciones controladas experimentalmente. Pero habitualmente van acompañadas de la acción simultánea de otras tendencias. Si las leyes de Newton corresponden a algo, es a unas tendencias transfactuales, que son muy diferentes de unos estados de cosas localizados.

Consideremos algunas razones para dudar de que la física pueda ser concebida como una búsqueda de la verdad. Un ejemplo notable sería, en el progreso de la óptica, desde Newton hasta hoy en día, encontramos que el rayo de luz es descrito primero como una corriente de partículas, luego como una onda y luego como algo que no es ni una corriente de partículas ni una onda. ¿Cómo puede esta secuencia de teorías ser concebida como un progresivo acercamiento a una descripción verdadera de lo que es el mundo realmente?. Este problema surge, aunque no siempre de forma tan clara, cada vez que hay un avance revolucionario en la física.

Otro problema para la aplicación de la teoría de la verdad como correspondencia a la física se refiere al hecho de que a menudo hay formulaciones alternativas y muy diferentes de la misma teoría. Ejemplos serían las formulaciones alternativas de la teoría electromagnética clásica: en términos de campos electromagnéticos que ocupan todo el espacio y en términos de cargas y corrientes localizadas que actúan a distancia, estando las acciones expresadas en forma de potenciales propagados con la velocidad de la luz. Otros ejemplos son las diversas formulaciones de la mecánica clásica y la mecánica cuántica. Parece ser que hay grandes posibilidades de que algunas de estas formulaciones alternativas sean equivalente, en el sentido de que cualquier cosa que pueda ser predicha o explicada por una puede ser predicha y explicada por otra. Las alternativas equivalentes de este tipo, si es que lo son, constituyen un estorbo para los defensores de la teoría de la verdad como correspondencia.

Una dificultad adicional para los defensores de la teoría de la verdad como correspondencia se deriva del hecho de que nuestras teorías son productos humanos sujetos a desarrollo y cambio, mientras que el modo de comportamiento del mundo físico, que es el objeto de estas teorías, no lo es. La versión intransigente de la tesis de que la finalidad de la ciencia es la verdad choca con la simple observación. Desde el punto de vista de la teoría de la verdad como correspondencia, la meta ideal de cualquier rama de la ciencia será la verdad absoluta u objetiva.

La aproximación a la verdad de Popper

Para Popper, las teorías del pasado que han sido reemplazadas son falsas a la luz de nuestras teorías actuales, mientras que por lo que respecta a las físicas modernas einsteniana o cuántica, no podemos saber si son verdaderas. De hecho, son muy probablemente falsas y susceptibles de ser reemplazadas en el futuro por teorías superiores. A pesar de esta falsedad, los falsacionistas como Popper gustan de decir que la ciencia progresa acercándose cada vez más a la verdad. Se ven obligados a decir que la teoría de Newton está más cerca de la verdad que la de Galileo, aún cuando ambas sean falsas.

Popper intentó dar un sentido a la aproximación a la verdad o verosimilitud, como la llamó, en términos de las consecuencias verdaderas y falsas de una teoría. Si llamamos al conjunto de todas las consecuencias verdaderas de una teoría su contenido de verdad y al conjunto de todas las consecuencias falsas de una teoría su contenido de falsedad, podremos decir, citando a Popper:

suponiendo que el contenido de verdad y el contenido de falsedad de dos teorías t1 y t2, sean comparables, podemos decir que t2 es mucho más parecida a la verdad o corresponde mejor a los hechos que t1 si:

a) el contenido de verdad de t2 es mayor que el de t1, pero no su contenido de falsedad, o

b) el contenido de falsedad de t1 es mayor que el de t2, pero no su contenido de verdad y sólo en ese caso

Si suponemos que el tamaño de los dos conjuntos es medible, podremos decir que la verosimilitud de una teoría es algo parecido a la medida de su contenido de verdad menos la medida de su contenido de falsedad.

A medida que progresa una ciencia, la verosimilitud de sus teorías aumentan ininterrumpidamente.

La concepción popperiana del progreso como aproximación sucesiva a la verdad tiene un carácter instrumentalista que no está de acuerdo con sus aspiraciones realistas.

Si consideramos los cambios revolucionarios en el desarrollo de la física, entonces la teoría reemplazada como resultado de la revolución no es sólo inadecuada a la luz de la teoría que la reemplaza, sino que atribuye rasgos al mundo que éste no posee. Por ejemplo, la teoría de Newton atribuye una propiedad de masa a todos los sistemas o partes de sistemas del mundo, mientras que, desde el punto de vista de la teoría de Einstein, no existe tal propiedad. La masa einsteniana es una relación entre un sistema físico y un marco de referencia.

Como hemos visto, tanto  Kuhn como Feyerabend  han subrayado hasta que punto el mundo mecánico descrito por la teoría de Newton es diferente del mundo descrito por la teoría de Einstein. Las concepciones anticuadas e inadecuadas de masa, fuerza, espacio y tiempo, que son utilizadas en la formulación de la teoría newtoniana, son transmitidas a todas sus consecuencias deductivas. Por consiguiente, si hablamos estrictamente de verdad y falsedad, todas esas consecuencias deductivas son falsas. El contenido de verdad de la teoría de Newton es nulo, como el contenido de verdad de todas las teorías mecánicas anteriores a Einstein. El contenido de verdad de la propia teoría de Einstein tal vez resulte ser nulo después de una futura revolución científica.

Visto de esta forma, el intento de Popper de comparar las teorías falsas comparando sus contenidos de verdad y falsedad, y concibiendo así la ciencia como una aproximación a la verdad se viene abajo.